TEORÍAS ÉTICAS: LA FELICIDAD Y LA JUSTICIA

1 - La felicidad como motor de la acción moral

Diferentes corrientes filosóficas la han identificado con la conquista de la felicidad. Así, podemos encontrar relacionado al bienestar.

Las teorías éticas que identifican el sumo bien con la felicidad se denominan habitualmente eudemonistas.

Este tipo de ética se llama también éticas de fines o de bienes. Kant las llamó éticas materiales, ya que obedecen al esquema si quieres ser feliz tienes que hacer X.ç




1.1 - Aristóteles: la felicidad como actividad racional

Aristóteles denomina de forma general “política” a la ciencia que abarca la actividad moral de los hombres, ya sean considerados como individuos (en su dimensión particular) o como ciudadanos (en su dimensión social).
La ética se subordina dentro de la obra del pensador del pensador griego a la política, ya que para él, el individuo existe en función de la ciudad y no a la inversa.
El bien supremo debe ser siempre un bien común.



El ser humano persigue siempre algún fin, que es entendido habitualmente como bien. Dichos fines pueden ser, fundamentalmente, de dos tipos:

· Fines relativos. Los que perseguimos para conseguir fines y bienes últimos.

· Fin absoluto. Fin último y supremo al cual tiende toda acción humana. Persigo la felicidad porque quiero ser feliz, no porque me sirva para otra cosa.

Aristóteles considera que el bien supremo y el fin absoluto de toda acción es la felicidad. Ahora bien, ¿qué es la felicidad? ¿Cómo se alcanza? ¿Qué bienes nos proporcionan la felicidad: el dinero y las riquezas, la salud, el placer, el amor?

· El vulgo y los más groseros identifican la felicidad con el placer.

· Las personas más desarrolladas y cultas, que se dedican generalmente a la política, consideran que el bien supremo y la felicidad residen en el honor.

· Aristóteles también analiza el tipo de vida dedicada a amasar riquezas. Para este pensador, los bienes materiales solo sirven como medio para conseguir otras cosas. Es un tipo de vida falso porque convierte en fin absoluto aquello que, en su justa medida, es necesario para vivir. Un medio nunca puede convertirse en un fin absoluto.



El bien supremo

Todo ser posee una función que le es propia y que viene determinada por su naturaleza.

Un buen zapatero será aquel que realice buenos zapatos, aquellos que sean cómodos y permitan caminar sin que nos duelan los pies. Este “llevar a cabo lo que es propio de cada ser” es denominado virtud* (areté o excelencia).

El hombre, al igual que el resto de los seres, posee su propia naturaleza. Así, para Aristóteles, y el bien supremo del ser humano está en el desarrollo de lo que al hombre le es propio y le distingue del resto de seres: la actividad y el cultivo de la razón.


Las virtudes éticas

Las virtudes éticas se derivan de la costumbre y de los hábitos a la hora de actuar. Tienen como función principal orientar nuestra hacia el bien, dominado para ello los instintos irracionales.




Virtudes éticas:

· El valor, justo medio entre la temeridad y la cobardía.

· La templanza, situada entre el libertinaje y la insensibilidad.

· La generosidad, entre la prodigalidad y la avaricia.

· La justicia. En un sentido, puede entenderse como respeto a las leyes del Estado. En el sentido específico de la ética, Aristóteles la vincula al reparto equitativo. Así, las ventajas, los bienes, las cargas y las obligaciones deben ser repartidos siguiendo el criterio del justo medio (el reparto justo sería aquel en el que todos deben aportar lo mismo o se llevan igual proporción de lo repartido).

Las virtudes dianoéticas

Las virtudes dianoéticas están relacionadas con la actividad racional del hombre. Estas virtudes son propias de la razón y deben ser aprendida mediante el ejercicio mental: la educación.

· La sabiduría. Es el aprendizaje de los primeros principios y de los efectos que se derivan de ellos.

· La prudencia. Consiste en la habilidad intelectual para distinguir las cosas necesarias de las innecesarias, así como para saber elegir lo bueno y rechazar lo malo.

Los límites de la ética aristotélica

Considera el pensador griego que, para ser bueno, el hombre debe orientar su acción hacia fines buenos. Sin embargo, solo puede reconocerlos como tales si previamente el propio hombre es bueno. Así, el hecho de que la felicidad y la moral dependan del conocimiento hace que su propuesta se sitúe en un círculo vicioso de difícil solución.

La teoría de Aristóteles también ha sido criticada desde otras posturas éticas porque sitúa la felicidad en un marco social, dejando al individuo y a la naturaleza en segundo plano, y porque elimina el goce físico y el placer de la bondad de las acciones.

1.2 - Felicidad es vivir conforme a la naturaleza

Los cínicos, una “vida de perros”

Los “cínicos” eran un grupo de pensadores que integraban la escuela filosófica fundada por Antístenes hacia en el gimnasio Cynosarges (el perro blanco). Destacados: Diógenes de Sínope y Cates de Tebas.

El cínico busca una vida virtuosa y completamente libre como fuente absoluta de felicidad. Desprecia las normas sociales y busca la virtud viviendo conforme a la naturaleza.

El estoicismo, la felicidad tranquila

Zenón de Citio abrió una escuela filosófica en la stoa poikile, el pórtico decorado que daba entrada al ágora de Atenas. Del pórtico (stoa) deriva el nombre de “estoicismo”. Crisipo y los romanos Séneca, Epícteto y Marco Aurelio son, junto con el propio Zenón, los principales representantes de esta corriente.

Todo el sistema filosófico estoico gira en torno a la ética. Para esta corriente existen unas leyes naturales que actúan de forma inexorable sobre todos los seres, incluido en el ser humano. Así, mientras la física nos explica cuáles son esas leyes, y la lógica permite que las conozcamos a través de la razón, solo la ética nos puede enseñar a vivir de acuerdo con dichas leyes.

La ética estoica puede resumirse en la siguiente sentencia: vive de acuerdo con la naturaleza. Solo podemos alcanzar la felicidad si conocemos en profundidad las leyes naturales rigen nuestro destino y las aceptamos de forma serena. Control absoluto sobre nuestras pasiones (aphateia*).

Controladas dichas pasiones y comprendido el orden natural que envuelve al ser humano, el sabio alcanza la ataraxia*. Sintonía con la naturaleza y accede a un estado de serena felicidad.

Epicureísmo, evitar el dolor y buscar el placer

El epicureísmo es la doctrina filosófica inspirada en los escritos de Epicuro de Samos. Fue sintetizada y ampliada con posterioridad por el pensador romano Lucrecio.

Conocida también como hedonismo, esta corriente defiende que la felicidad reside el goce y el placer, tanto del alma como del cuerpo. La originalidad y novedad de esta teoría radica en que tiene en cuenta lo físico y lo corpóreo como medio para acceder a la felicidad y a la vida en sintonía con las necesidades connaturales del hombre.

Los límites del cinismo, estoicismo y epicureísmo

Presentan algunas carencias:La más importante de todas es que ponen tanto el énfasis en la vida conforme a la naturaleza, que dejan en segundo plano el carácter social que posee la naturaleza humana. Estas propuestas se convierten en soluciones marcadamente individualistas* y subjetivas*.

1 comentario:

  1. me gustaria q tambien ubiera un post con las reorias de la felizidad

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